La cultura japonesa es fascinante en muchos sentidos, y la gastronomía no iba a ser diferente. La comida nipona y la manera de entender su propia cocina está repleta de curiosidades cuanto menos chocantes, y algunas está bien conocerlas antes de visitar el país para evitar situaciones embarazosas o, al menos, no quedar mal delante de los anfitriones.
Curiosidades culinarias de la gastronomía nipona
Puede que algunas de estas curiosidades sobre Japón y su cocina ya las conocieras, pero vamos a hacer un repaso por las más llamativas de cara a un visitante occidental. Como siempre, lo importante es aprender de la diversidad y la variedad que ofrecen las diferentes culturas y tratar de integrarse lo máximo posible durante la visita. ¡Vamos allá!
Nada se toca con las manos
A estas alturas ya sabrás que en Japón casi todos los platos se comen con palillos, pero es que realmente no tocan absolutamente nada con las manos. Ni siquiera las patatas fritas: todo se coge con palillos para no contaminar la comida. Es más, incluso los platos heredados de la tradición culinaria occidental, como la hamburguesa, se come con un envoltorio especial de papel, y en ningún momento se posan los dedos sobre el pan ni cualquier otra parte del alimento. Ya sabes, manos fuera, aunque estén limpias.
Solo los hombres pueden preparar sushi
La veracidad de esta afirmación está por comprobar, pero sí es cierto que durante mucho tiempo uno de los rumores que sonaba con más intensidad acerca de las curiosidades de Japón en el ámbito de la gastronomía era que las mujeres tenían vetada la preparación de sushi. ¿La razón? La temperatura corporal: al ser algo más elevada en las mujeres, los más conservadores defendían que al manipular el pescado este veía luego alterado su sabor, algo que tampoco tiene ninguna justificación.
A pesar de que Japón se toma muy en serio el sesgo por géneros (algunos dicen que por ser una sociedad intrínsecamente machista, mientras que otros defienden este principio por meros principios organizativos), lo cierto es que en la actualidad hay un gran número de chefs expertas en la elaboración de sushi que son mujeres, así que vamos a dejar esta curiosidad en el cajón de los mitos.
La soja es para el pescado, no para el arroz
Seguro que a ti te gusta tanto como a nosotros disfrutar de una buena cena con sushi. Pues que sepas que seguramente te lo estés comiendo mal, porque la salsa de soja, muy apreciada en Japón, se utiliza solamente para dar sabor al pescado, no al arroz.
Allí es considerado una herejía sumergir el arroz en la soja, y con razón. ¿Te has fijado en que cuando la soja empapa demasiado el arroz, este se fragmenta y la pieza de sushi queda desecha? Esto es un desastre para todo amante del sushi de Japón, así que embadurna de soja únicamente las piezas de pescado.
Haz ruido con la comida
Japón es un país con un tremendo bullicio, y en parte es por la gran afluencia de gente de sus calles. Sin embargo, en los restaurantes también se puede percibir cómo el nivel de decibelios es más bien elevado. Esto es porque los buenos modales en Japón dictan que comer de manera ruidosa es sinónimo de disfrute y de gozo, así que ya sabes: si te está gustando la comida, sorbe y haz cuanto más ruido mejor.
Jamás dejes comida en el plato
¿Recuerdas eso que te decían tus padres y tus abuelos? ¡La comida no se tira! Aparte de porque es un insulto para aquellas personas que no tienen nada que llevarse a la boca por su precaria situación, es necesario amortizar el gasto que supone comprar comida y aprovecharla cuando está cocinada.
Teniendo en cuenta que los japoneses son tremendamente ahorrativos y organizados, dejarte comida en el plato para ellos es mucho más que un simple desperdicio: es un agravio hacia su capacidad organizativa, su esfuerzo por prepararlo y su hospitalidad e ilusión con la que han preparado el plato, así que haz todo lo posible por no dejar nada en el plato. ¡Para ellos es un gozo ver que sus invitados no dejan nada en el plato!
El wasabi occidental es un mero sucedáneo
Seguro que has probado una pizca del wasabi que venía con tu plato de sushi y te has quedado maravillado por su particular sabor y su intenso efecto picante, ¿a que sí? Pues que sepas que ese wasabi que se distribuye en Occidente poco tiene que ver con el verdadero wasabi. Aquí únicamente disfrutamos de un mero sucedáneo. Es como si comparamos las verdaderas angulas con las anguriñas. Se parecen por fuera, pero por dentro no tienen absolutamente nada que ver.
En realidad, el wasabi japonés es una raíz de color verde y solo crece en una región concreta de Japón, en la isla de Sajalín. Únicamente crece ahí porque esa isla cuenta con un ecosistema que reúne unas condiciones ambientales muy particulares que, de hecho, son imposibles de replicar en otra zona del mundo, lo que hace que el wasabi verdadero sea extremadamente caro.
Estas raíces no crecen en tierra, sino en agua, y esta agua debe estar fría, reunir unas condiciones de higiene extremadamente exigentes y tiene que ser abundante y no tener demasiada fuerza. Son condiciones muy difíciles de reunir en su conjunto e imposibles de replicar, lo que te puede hacer una idea de por qué el wasabi verdadero es imposible de conseguir en Occidente.
Al contrario que el wasabi verdadero, lo que comemos en Occidente está elaborado con rábano picante, colorantes y un extracto de wasabi real, pero añadido en cantidades casi marginales.
Es una cocina muy golosa
A pesar de lo que pueda parecer, la gastronomía japonesa es conocida por la infinidad de dulces que contiene y lo deliciosos que están. Japón y sus curiosidades culinarias no han dejado de sorprendernos desde que empezamos a profundizar en el recetario nipón, y los dulces son verdaderas joyas ocultas que merecen ser descubiertas y degustadas al menos una vez en la vida.
La cantidad y el aspecto engañan mucho
Seguro que muchos platos te han parecido poco vistosos o no has decidido probar algo porque “no tenía muy buena pinta”. Que sepas que has podido cometer uno de los mayores errores de tu vida porque hay auténticos manjares de la cocina japonesa que se esconden bajo un envoltorio poco atractivo. Y es que la cocina nipona se basa en todo lo contrario a la occidental: no da tanta importancia a la apariencia, a ese “comer por los ojos”, pero da lo mejor de sí para ofrecer en boca unas sensaciones insuperables.
¿Cuántas veces has ido a comer a un restaurante en Occidente con platos la mar de apetitosos y has acabado decepcionado por su sabor? Eso no te pasará en Japón.
Los puestos callejeros son una opción muy recomendable
Otra de las cosas curiosas de Japón es que puedes recurrir a los puestos callejeros con total confianza. Dado que ir a comer a un restaurante puede ser una experiencia demasiado cara, la alternativa es ir a comer a uno de esos puestos donde incluso te puedes sentar y disfrutar del plato.
En Occidente estos puestos transmiten la sensación contraria: suelen ser lugares “para salir del paso”, donde comprar algo no de muy buena calidad y donde las condiciones de higiene pueden distar mucho de ser las ideales.
Por si te lo estás preguntando, las condiciones de salubridad de estos lugares suelen ser ideales y la calidad de los platos muy alta, ofreciendo una relación calidad/precio insuperable. Y realmente te podrás ahorrar unos cuantos yenes, así que no dejes de probar platos en estos puestos.