Al contrario de lo que muchos forasteros piensan, en Japón no existe solamente una ceremonia del sake única y exclusiva, sino que se puede celebrar con varios matices en función del contexto en el que se produce. Así, hay ceremonias del sake para bodas, las que se celebran para inaugurar unas obras o incluso las que se llevan a cabo con motivo de los cambios estacionales, cada una con un ritual específico.
Si estás interesado en pasar una temporada en Japón lo más probable es que seas invitado a una de estas ceremonias, ya que en Japón es habitual que se celebren ceremonias del sake para atraer la buena suerte. Pero, ¿en qué consiste exactamente una ceremonia del sake y qué pasos hay que seguir para no desentonar?
Las ceremonias del sake, muy habituales en Japón desde tiempos inmemoriales
Beber sake. Ese es el fin último de estas ceremonias que, por supuesto, tienen a este particular licor como protagonista. Una de las ceremonias más comunes en Japón es la ceremonia de la apertura del barril, conocida como Kagami-Biraki, siendo la más extendida entre supersticiosos y los aficionados al sake.
Esta ceremonia fue celebrada por primera vez hace más de tres siglos por el célebre Tokugawa Shogun, líder del Japón feudal muy popular en el imaginario colectivo de Japón. Al ser un guerrero y haber roto de esta manera el sake, empezó a asociarse a la buena suerte a este hecho dadas las victorias con las que acababan sus batallas tras realizar este gesto de una manera casi ritual, una creencia que ha perdurado hasta nuestros días.
Literalmente, Kagami-Biraki significa “abrir el cristal”, y es precisamente lo que se hace para abrir la botella. Es una ceremonia en la que la botella de sake es almacenada en una caja de madera, tapada por un revestimiento del mismo material y que debe ser roto por una maza. Cuando se ha roto con éxito, el sake es servido en las cajas a los presentes para atraer la buena suerte.
En este tipo de ceremonias es habitual que los que portan el mazo para romper la caja vayan ataviados con unas vestimentas muy particulares: los happi y hanten, tal y como sucedió en la célebre ceremonia de apertura del barril de sake a la que asistió el Príncipe Guillermo de Inglaterra.
A pesar de su origen bélico, la Kagami-Biraki es llevada a cabo en todo tipo de ocasiones: bodas, inauguraciones de empresas, aniversarios… De hecho, es tradición realizar una ceremonia del sake cuando van a dar comienzo las obras de rehabilitación o construcción de un edificio para imbuirlo de buena suerte.
En esta ocasión reciben el nombre de ceremonias Jotoshiki, que significa “levantamiento del pilar” y que se lleva a cabo precisamente cuando se coloca la primera piedra del complejo. Cualquier excusa es buena para asistir a una de estos célebres rituales y degustar un exquisito sake.
Ceremonia del sake en bodas y las celebradas con motivo de las estaciones

Otro de los motivos que sirven de pretexto para organizar y celebrar una ceremonia del sake son las bodas y los cambios estacionales, ocasiones muy especiales para los japoneses, especialmente estos últimos.
Las bodas japonesas tenían lugar tradicionalmente en un santuario Shinto, yendo los novios ataviados con un tradicional kimono japonés. Este tipo de ceremonias son conocidas como “San-san-ku-do”, que significa “tres, tres, nueve veces”. En Japón el tres es el número de buena suerte, y por este motivo es repetido hasta la saciedad en multitud de eventos y espacios públicos. Todo lo contrario que el número cuatro, el cual es evitado en casi todo tipo de situaciones por una superstición homofónica de las más arraigadas en Asia (en japonés, cuatro es pronunciado “shi”, la misma pronunciación que comparte el término “muerte”).
Con el mantra del “tres, tres, nueve veces” da comienzo la ceremonia, que consiste precisamente en beber tres veces de tres sakes muy especiales, siendo cada vez un sake más grande. El primero es una taza pequeña que representa al cielo; la segunda, un poco más grande, representa a La Tierra; la tercera, por su parte, es la más grande de todas y representa a la humanidad. De cada uno se ha de beber tres veces, ritual que dará buena suerte a los novios según la tradición popular.
Pero, aparte de bodas, inauguraciones y eventos, la ceremonia del sake es muy celebrada en Japón con motivo del cambio de estación. Japón ha sido tradicionalmente un país agrícola, motivo por el cual el salto estacional siempre ha sido recibido con muy buenos ojos a nivel general. Los cambios de estación siempre han ocupado un lugar privilegiado en las civilizaciones antiguas cuya economía y supervivencia se basaba en el desarrollo agrario, y Japón no es una excepción.
En función de la estación venidera se celebra una ceremonia diferente, a saber: o-shogatsu, momo no sekku, hanamizake, tsumizake, yukimizake, cuyas características vamos a ver a continuación:
· O-shogatsu. Se celebra en Año Nuevo, y se bebe un sake especial denominado o-toso elaborado a base de canela, pimienta japonesa, mirin y pimienta negra. Es similar al Shinnekai, fiesta que se celebra en diciembre para olvidar los problemas sufridos a lo largo del año.
· Momo no Sekku. Es la fiesta del melocotón, celebrada el 3 de marzo para dar la bienvenida a esta fruta tan apreciada en Japón. Cómo no, el sake es mezclado con zumo de melocotón, ideal para quienes disfrutan de licores afrutados.
· Hanamizake. Con motivo de la llegada de la primavera, se celebra una ceremonia del sake en homenaje al nacimiento de las flores. En esta ocasión, es tradición beber sake bajo los cerezos, pidiendo a los dioses un año fructífero.
· Tsumizake. La evocadora fiesta de la luna. La tradición dice que se debe agradecer a la luna la ayuda a la hora de medir el tiempo, algo muy arraigado en Japón dado que buena parte de los agricultores utilizaban antiguamente las fases de la Luna para controlar las cosechas. Y, cómo no, se celebra bebiendo sake.
· Yukimizake. Es la celebración que precede a la llegada del invierno. Se ingiere sake caliente para prevenir los catarros y resfriados, además de para honrar la belleza de la nieve. De hecho, el nombre con el que se ha bautizado a esta ceremonia significa literalmente “avistamiento de la nieve”.